En España, el alquiler de casas se rige por un Real Decreto, pero el contrato de alquiler de habitación está regulado por el Código Civil. Quiere decir que existen unas regulaciones legales que debemos observar antes y durante esta relación arrendaticia de una simple habitación para evitar contratiempos y sanciones.
Al estar frente a una normativa legal diferente, esto supone situaciones diferentes, como pactar un contrato verbal en lugar de uno escrito. Ante esta situación, el alquiler, por ejemplo, tendrá una duración igual a la forma en que se paga: mensualmente, será mensual, y por años, anual.
En España es posible el alquiler de un apartamento por habitaciones, pero el alquiler de habitación es un convenio diferente al de una casa. Hablamos entonces de un pacto donde un ocupante o arrendatario alquila y paga por un cuarto en un piso o inmueble compartido.
El alquiler de una habitación en España, está regido por el Código Civil, de manera más específica, lo regula el artículo 1554 y siguientes. Esto es debido a que este arrendamiento no está incluido en el ámbito que regula la LAU o Ley de Arrendamientos Urbanos.
No obstante, el alquiler de cuartos eventualmente podría depender de la LAU, aunque esta ley no especifica de una forma expresa este arrendamiento. En el arrendamiento de un cuarto, por ejemplo, el arrendatario no se obliga a entregar una fianza, pero el dueño la puede exigir.
Cuando se redacta un contrato de alquiler de habitación no es necesario un contenido legal específico, ni siquiera es obligatorio hacerlo por escrito. No obstante, siempre será aconsejable hacerlo para evitar inconvenientes a futuro entre el dueño y el arrendatario, y se sugiere que contenga estas características:
Se sugiere describir con precisión el espacio que ocupará el inquilino, ello a los fines de evitar cualquier duda o confusión sobre el cuarto arrendado.
Siempre será conveniente dejar constancia por escrito sobre cuál va a ser la vigencia del contrato, con fechas ciertas de inicio y culminación.
En la convención debe constar el arriendo que se ha pactado y cómo debe ser pagado mientras dure la vigencia del alquiler del espacio arrendado.
Se recomienda que consten cada servicio incluido en el arriendo, por ejemplo el derecho a usar la cocina, la autorización para conectarse a Internet, etc.
Es aconsejable que conste la forma en que deben repartirse los gastos adicionales, especialmente en aquellos casos donde aplique el pago de otros gastos.
Algo que no debe faltar es la indicación acerca de si el ocupante tendrá el derecho de subarrendar la habitación, por una simple conjetura legal. Si no se acuerda nada sobre esto, y en conformidad con lo contemplado en el Código Civil, el inquilino, con toda libertad, podría hacerlo.
Conocer los derechos que te asisten cuando firmas un contrato de este tipo suele evitar situaciones incómodas y malentendidos entre los firmantes. Para ello, siempre será bastante útil tener un contrato firmado, donde se especifiquen nuestros derechos como ocupante de un cuarto, que podrían ser:
El dueño o demás ocupantes de la casa nunca podrán entrar en el cuarto alquilado sin el permiso de su ocupante.
El contenido del Código Civil autoriza ampliamente al ocupante de un cuarto para subarrendar o alquilarlo, si en el convenio escrito no se pactó lo contrario.
Algo que lo diferencia del arrendamiento convencional, el que alquila por cuarto no tiene derecho a extender su estancia de manera automática. La vigencia del arriendo es la pactada en el convenio, y en el supuesto de no haberse especificado la duración, aplica una norma especial:
Si el alquiler se paga de forma anual, será de año en año; si es mensual, será por meses; y si se hace a diario, será por días.
El inquilino tiene derecho al uso de las áreas comunes de la vivienda, en la manera en que se haya especificado en el respectivo convenio. Las áreas de la cocina, el baño, si es compartido, la sala de usos múltiples o salón principal, pasillos y cualquier otra área compartida.
De igual manera, sobre este arrendamiento tan especial recaen estas obligaciones:
Debe velar porque la habitación y las áreas comunes permanezcan ordenadas y aseadas, usándolas de manera respetuosa y adecuada.
Es una obligación legal del inquilino, pagar el arriendo que se haya convenido en el contrato, en la forma y lapsos estipulados.
Debe poner en conocimiento del dueño cualquier novedad dañosa que amerite una reparación, debe informar a la brevedad posible, indicando el tipo de reparación y su urgencia.
Al terminar la relación arrendaticia, el ocupante debe devolver el cuarto en condiciones similares a las que la recibió, salvo el uso normal de las cosas.
Siempre será importante recordar que es primordial mantener una comunicación abierta y constante con el dueño y los demás arrendatarios, donde se establezcan normas de convivencia. El mutuo respeto contribuye mucho en el desarrollo de un ambiente agradable y evita eventuales conflictos, respetando los derechos y cumpliendo con las obligaciones para evitar un desahucio por incumplimiento de contrato
La vigencia de este contrato viene acordada entre los contratantes, pero por lo general es por meses, trimestres o semestres. También vale la posibilidad de acordar que sea por años o por cursos académicos, especialmente cuando se trata de estudiantes cursando determinados estudios.
Lo importante a saber es que la duración de este contrato NO es prorrogable y, tan pronto finaliza, quienes hayan contratado pueden convenir algo nuevo. Ante esta situación es posible llegar a un nuevo convenio para firmar otro contrato y mantener el vínculo arrendaticio.
A decir del más reciente estudio sobre viviendas compartidas, realizado en España en 2023, el precio puede variar dependiendo de varios factores. Pero el coste promedio por un cuarto en alquiler es de 465 euros mensuales.
Para poder actualizar el coste de este contrato, los firmantes deberían:
El alquiler de un cuarto debe hacerse en la declaración de renta, incluyendo el monto de esos ingresos en las casillas respectivas. Estas se ubican en el apartado de "Rendimientos del capital inmobiliario procedentes de bienes inmuebles urbanos".
Ahora bien, los tributos tienen la misma fiscalidad que el arriendo de una casa, y debe incluirse el arriendo en el IRPF, pudiendo desgravar los gastos del arrendamiento. Si no se declara el alquiler, Hacienda pudiera aplicar una multa equivalente al 50 % y hasta el 150 % del monto no declarado.
Alquilar un cuarto sin un convenio escrito pudiera generar consecuencias legales y económicas a los dueños que no declaran esos ingresos. Enfrentarían sanciones fiscales o multas, mientras que los inquilinos podrían perder su derecho de protección contra el desahucio. Aprende qué hacer en situaciones de alquiler sin contrato.
Pueden derivarse varias consecuencias, pero la más grave si un inquilino alquila una habitación sin permiso del dueño, estaría incumpliendo el convenio de arrendamiento. Ante esta situación, el dueño tiene la potestad de rescindir el contrato de pleno derecho y demandar la desocupación del inmueble y una indemnización.
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Si tienes un piso y quieres alquilar las habitaciones, ya sabes que puedes hacerlo, pero estás sujeto al cumplimiento de cierta normativa legal. Siempre será aconsejable firmar un contrato de alquiler de habitación para evitar futuros inconvenientes.
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