¿Sabías que el cohousing es una alternativa que actualmente está en tendencia y que cada día suma nuevos seguidores? Así como lo estás leyendo. Y es que el hecho de tener una vivienda digna no es una posibilidad al alcance de todas las personas. La realidad de cada familia, hogar o individuo es diferente.
El término cohousing se puede traducir como vivienda colaborativa o covivienda. Es un estilo de vida en el cual un grupo de personas poseen sus hogares privados, pero comparten ciertos espacios comunes con otros residentes. Debes estar pensando que este concepto es una nueva tendencia, pero lo cierto es que ya tiene varios años entre nosotros.
El primer registro de una comunidad de este tipo se remonta entre los años 60 y 70 en Dinamarca. Posteriormente, esta modalidad se extendió a otras ciudades de Europa del Norte hasta llegar a Estados Unidos, donde es bautizada como cohousing. Esta forma de vida representa una ayuda para los más vulnerables, como personas muy jóvenes o adultos mayores.
Como todo sistema humano, el cohousing tiene sus propios principios establecidos para regir su funcionamiento. En este caso, la base de tales principios es la idea del bien común y al apoyo mutuo. Veamos algunas de sus características:
En este modelo de convivencia es indispensable que cada uno de sus integrantes tenga voz y voto a la hora de decidir. Por ello, en el cohousing todos los propietarios participan activamente en cualquier reunión o consulta que se realice. Es precisamente este tipo de normas las que facilitan la vida en grupo, pues de esta manera cada miembro se siente valorado y tomado en cuenta.
Otro principio no negociable es la disposición y diseño de las zonas de uso común. Algunas de estas áreas comunes:
Es necesario que cada residente se involucre activamente en la estructuración de los espacios comunes. De igual forma, los residentes se turnan para ocuparse del mantenimiento de los espacios comunes.
En el modelo del cohousing es obligatorio que los involucrados estén dispuestos a cooperar, compartir e interactuar con su comunidad. Es vital que exista un espíritu de apoyo mutuo, que cada quien cuide y vele por el bien del otro. Si esta filosofía no existe, no sería una verdadera vivienda colaborativa, sino una residencia tradicional, en la que muchas veces no existe la interacción entre vecinos.
Seguidamente, te contamos acerca de los diferentes tipos de cohousing que existen en la actualidad.
Es probablemente el tipo más utilizado en el mundo del cohousing. En este caso, la propiedad pertenece a una cooperativa que cede el derecho de uso de una vivienda y áreas comunes mediante un cobro. El monto de dicho pago de arancel o cuota es establecido por la cooperativa.
Es también conocido como cloudhousing por ser un modelo más adaptado a las necesidades de cada individuo. En esta modalidad, cada integrante de la comunidad decide qué servicios utilizará y a partir de allí se fija el monto a pagar. Este formato le provee a cada persona la libertad de elegir qué desea y qué prefiere pasar por alto.
Es un tipo de cohousing más selectivo o privado, ya que por lo general no contempla de tantos integrantes como las otras modalidades. En este caso, un grupo reducido de personas realiza la compra de un terreno para luego edificar sobre el mismo las viviendas de uso común.
Para el correcto funcionamiento del cohousing, cada integrante hace aportes económicos para ejecutar labores de mantenimiento, remodelación y mejoras de las propiedades. Por este motivo, todos los residentes son parte fundamental en cada etapa del cohousing. Desde el momento en que se planifica la construcción hasta la gestión de la comunidad, es tarea de todos.
Aunado a esto, es indispensable que siempre se logre un consenso. Por este motivo, las reuniones son frecuentes en estas comunidades. En las mismas, suelen tomarse decisiones importantes de forma democrática y participativa. Además, durante estas asambleas de vecinos se asignan responsabilidades a cada integrante.
De acuerdo a las preferencias o necesidades de las personas se pueden adoptar diferentes modelos de cohousing. Conoce las diferentes modalidades de comunidades compartidas a continuación.
Consiste en la convivencia de un grupo de personas pertenecientes a distintos rangos de edades o generaciones. Bajo esta modalidad, se busca fomentar el intercambio, la cooperación y la comunicación intergeneracional.
En este tipo de cohousing los habitantes de la comunidad se enfocan en diseñar espacios amigables con el medio ambiente. Las viviendas de estas comunidades se caracterizan por emplear materiales ecológicos en su construcción y por hacer un consumo eficiente de energía y recursos. Sumado a ello, se establecen prácticas y lineamientos de convivencia que minimicen el impacto ecológico.
Se definen como cohousing senior a las comunidades que han sido concebidas para acoger a adultos mayores. Es decir, las casas y áreas comunes cuentan con los servicios y adaptaciones para personas con menos destreza para desplazarse. Algunos ejemplos de las adecuaciones especiales para los adultos mayores son:
Es importante señalar que este modelo de convivencia es cada vez más recurrido por ancianos que antes vivían solos. La razón principal es que desean envejecer con la compañía y el apoyo que normalmente no reciben de sus familiares.
Son complejos residenciales exclusivos para grupos familiares. En este tipo de convivencia podemos encontrar comunidades que aceptan cualquier tipo de modelo familiar y también otros exclusivos para familias tradicionales, monoparentales, homoparentales, ensambladas, extensas, entre otras.
¿Cuánto cuesta?
Es difícil establecer un monto fijo, pues depende de la localización, tipos de viviendas, instalaciones, servicios adicionales y modelo de cohousing. Sin embargo, los precios estimados de la cuota inicial de la modalidad de cesión de uso van desde los 100.000 hasta los 300.000 euros. Por otro lado, los aranceles mensuales de mantenimiento oscilan entre los 300 y 1.000 euros.
La modalidad de cohousing resulta favorable tanto para cada persona en particular como para la comunidad. Entre los beneficios de este modelo residencial tenemos los siguientes:
Mediante el cohousing, los habitantes desarrollan lazos estrechos de amistad y camaradería con los demás integrantes. Cada habitante se siente parte de una comunidad solidaria, cuyos miembros se cuidan y apoyan mutuamente.
Al compartir espacios con otras personas también compartes los gastos de mantenimiento asociados. Las facturas por concepto de servicio eléctrico, agua potable, gas, Internet, entre otros, son cubiertos entre todos los integrantes que se benefician de los espacios comunes.
La sensación de pertenecer a un lugar y de estar rodeado por personas que te apoyan puede incidir en tu bienestar emocional. Así mismo, el formar conexiones con quienes están al tu alrededor propicia un ambiente favorable que se traduce en una mejor calidad de vida.
En la mayoría de las comunidades cohousing se establecen prácticas sostenibles tanto en la fabricación como en la gestión de los espacios. Adicionalmente, cada integrante adopta costumbres que contribuyen con la salud del medio ambiente, tales como el manejo adecuado de residuos, la evitación de productos contaminantes, el uso consciente de los servicios básicos, entre otros.
Envejecer en un cohousing es envejecer con dignidad. En este tipo de comunidades, los adultos mayores no son relegados a un papel secundario. Por el contrario, independientemente de la edad, cada integrante participa activamente en la gestión de la residencia, es valorado, tomado en cuenta y recibe el apoyo constante de los demás miembros.
Como todo en esta vida, el cohousing también tiene aspectos que pueden ser negativos en algunos casos. Entre ellos podemos mencionar:
Los precios para alquilar o comprar una vivienda de modalidad cohousing, o incluso para cubrir las cuotas de mantenimiento, pueden ser inalcanzables para algunas personas.
Es posible que ciertos aspirantes a vivir en un cohousing no puedan hacerlo al no reunir los requisitos necesarios. Algunos procesos de selección de nuevos integrantes pueden ser bastante estrictos y excluyentes.
Si bien es cierto que las personas que viven en un cohousing tienen estilos y filosofía de vida similares, no siempre se llevan bien. Los conflictos o desencuentros están latentes, y con más razón al vivir en comunidades numerosas.
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